miércoles, 11 de noviembre de 2015

Servicios complementarios

PRESTAMO INTERBIBLIOTECARIO

El préstamo interbibliotecario, es un tipo especial de préstamo que se realiza eventualmente entre bibliotecas y consiste en la posibilidad de compartir en forma equitativa el uso de los distintos acervos bibliográficos. La Biblioteca solicitante, ante la necesidad urgente de dar respuesta a un usuario y no teniendo otro recurso que le permita resolver en tiempo el pedido, se beneficia al poder satisfacer las necesidades de los usuarios en la consulta urgente de materiales que, por razones de distancia o económicas, serían inaccesibles para ellos.
Interno
Se realiza entre distintas bibliotecas que forman parte de un sistema de bibliotecas, de acuerdo al siguiente procedimiento el usuario solicita el / los documento/s en una de las bibliotecas pertenecientes al sistema de bibliotecas.
  • la biblioteca solicitante realiza la petición correspondiente a la biblioteca suministradora, acordando con la misma los plazos del préstamo.
  • la biblioteca suministradora envía el material a la biblioteca solicitante para que el usuario lo retire.
  • el usuario deberá devolver el material en la biblioteca donde realizó el pedido (biblioteca solicitante), la cual se encargara de devolver el material a la biblioteca suministradora.
  • la demora aproximada de envío de documentos entre las bibliotecas es de 1 a 2 días.
Externo
El préstamo interbibliotecario externo se realiza con instituciones o redes las cuales pertenecen al sistema.
Procedimiento: .se busca en el catálogo manual de la biblioteca el material que necesita. .una vez localizado el material se anotan los datos del mismo. .obtiene el libro que necesita directamente en la biblioteca.
FORMACION DE USUARIO
La formación de usuario es cualquier tipo de esfuerzo tendente a facilitar la orientación al usuario, individual o colectivamente, a fin de lograr una utilización más eficaz de los recursos y servicios que la biblioteca ofrece. No obstante aunque tal definición nos sirve




perfectamente hay que establecer alguna matización: más que de esfuerzo, hoy deberíamos hablar de actividad y/o servicio.
De hecho, aunque las bibliotecas practiquen una u otro la tendencia va encaminada a establecer la formación de usuarios en todos los tipos de bibliotecas como un servicio bibliotecario más, que según la clase de biblioteca podrá adscribirse a extensión bibliotecaria o a información bibliográfica.
En realidad, podemos considerar el concepto de formación de usuarios como una denominación genérica que engloba a su vez tres acepciones: orientación, educación e instrucción de los usuarios en la utilización de las bibliotecas y en los recursos informativos que éstas les pueden proporcionar. Los tres términos van en orden directo a la complejidad que representan para el bibliotecario. Así pues tenemos:
Orientación: la acción de informar o asesorar al usuario sobre cuestiones puntuales (cómo funciona un servicio determinado, hacer una petición de préstamo interbibliotecario, cómo encontrar un libro y/o localizar una signatura en el libre acceso, etc.).
Educación: la acción de enseñar a utilizar las técnicas bibliotecarias básicas (enseñar a buscar en las distintas opciones del OPAC propio y en otros catálogos en línea).
Instrucción: adquirir un usuario con más o menos aptitud o habilidad, soltura, en la selección de fuentes bibliográficas y documentales (manejo de bibliografías, búsquedas en bases de datos en CD-ROM, recursos de información en Internet. etc.).
En resumen, podemos decir que la Formación de usuarios es: - Un sistema, servicio o actividad que la biblioteca proporciona a los usuarios para que hagan un mejor uso de la misma y de los recursos a los que pueden acceder a través de ella y - Las técnicas bibliotecarias, bibliográficas y documentales enseñadas a los usuarios para que encuentren y recuperen la información pertinente para ellos.




Grupo N° 23
Ruiz, Fanny - Ayala, Sandra

jueves, 5 de noviembre de 2015

GESTION DE COLECCIONES

La gestión o desarrollo de la colección de una biblioteca «es un proceso que permite identificar las fortalezas y debilidades de la colección de materiales de una biblioteca con base en las necesidades de los usuarios y los recursos de la comunidad, y el intento de corregir las necesidades que se detecten».
 Comprende todo lo relacionado con la planificación, formación, evaluación y mantenimiento de la colección, constituyendo un proceso organizativo amplio, que abarca diversas actividades tales como determinar criterios de selección, evaluar las necesidades, realizar el proceso de adquisición, efectuar un estudio del uso de la colección, conservar, cooperar compartiendo recursos y expurgar.
Se debe concretar en un programa escrito, accesible, revisado regularmente y acordado por la biblioteca de acuerdo a sus fines.
Objetivos de la gestión:
  • Relativos a la colección: debe promoverse la exhaustividad, una cantidad y tipología adecuada de materiales, un control del crecimiento (evitando blancos de colección), expurgo de los materiales de consulta y del fondo bibliográfico en función de su actualidad y condiciones de conservación, apuntando siempre a mantener material bibliográfico suficiente y adecuado.
  • Relativos a los usuarios: la colección debe ser rápida y fácilmente accesible y disponible. Debe ser adecuada a la demanda, tener una alta usabilidad, ser pertinente y adecuada a la demanda.
  • Relativos a la institución: la colección debe contribuir a la concreción de los objetivos institucionales.
    alumnas: Bocco- Peña

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Software para la gestión bibliotecaria: libre, abierto y propietario.

Los sistemas Integrados de Gestión Bibliotecaria basados en un modelo que sigue las directrices del software libre o del software de código abierto, constituyen sistemas integrados, son la base del trabajo bibliotecario.

Ante los excesos de editores y distribuidores de información científica, las bibliotecas están apostando por el modelo de acceso abierto (Open Access)

La situación es completamente análoga a la de la distribución de la producción científica: unas pocas empresas dominan un mercado y, por ello, ejercen un gran poder sobre las bibliotecas que han contratado licencias de uso de sus productos. En el caso de las aplicaciones informáticas ya no hablaríamos tan sólo de pago por licencias de uso sino también pago por el soporte de dichos programas. Como señalan Rafiq y Ameen (2009) “la filosofía subyacente del software de código abierto y de las bibliotecas es la misma, ambos promueven el acceso abierto y los estándares”

Se utilizan continuamente aplicaciones que siguen esos modelos de desarrollo y de licencia, más aún en este ámbito bibliotecario, navegadores de Internet como Firefox o Chrome para visualizar páginas web alojadas en servidores que utilizan, mayoritariamente, GNU/Linux como sistema operativo; creamos los blogs de nuestras bibliotecas en plataformas como Wordpress, o incluso elaboramos las intranets corporativas de nuestros centros con sistemas de gestión de contenidos como Drupal; utilizamos aplicaciones como Alfresco, OpenKM o Nuxeo como sistemas de gestión de documentos; recibimos cursos a distancia, o los impartimos, a través de plataformas como Moodle; nuestros repositorios institucionales, generalmente ligados a las bibliotecas, funcionan con E-Prints, DSpace o Fedora, y si hablamos de bibliotecas digitales el programa Greenstone nos resulta, sin duda, familiar. En todos estos casos, salvo en lo indicado para Google Chrome, estaríamos hablando de software libre y/o de código abierto, y como se ve lo estamos utilizando a todas horas. Incluso en el caso de los Sistemas Integrados de Gestión Bibliotecaria de tipo “propietario” implantación de un Sistema Integrado de Gestión Bibliotecaria (en adelante, SIGB) basado en software libre en principio conllevaría una serie de ventajas. La primera que nos puede venir a la cabeza es la supuesta gratuidad de este tipo de productos, pues por lo general su adquisición no supone ningún coste en concepto de licencia: esta ausencia de gasto inicial es un arma de doble filo, pues en muchos casos se tiende a pensar que el hecho de no cobrar por la “venta del producto” supone falta de calidad del mismo.

Hay una gran diferencia entre el software propietario y el libre. Si una unidad de información contrata un producto propietario, además de pagar la adquisición y, periódicamente, unas licencias de uso, queda ligado a esa empresa en lo referente a servicio técnico; si este servicio no es satisfactorio, quedan como opciones el seguir con esa empresa o el migrar a otro SIGB, con las dificultades que ambas opciones, probablemente sea ésta la ventaja más importante que conlleva el uso de aplicaciones libres: la unidad de información tiene el control de la información y de los datos que maneja, y no queda sujeta a las decisiones de las empresas desarrolladoras de software propietario, las cuales se ven inmersas en un mercado cada vez más convulso. el término “software libre”, acudimos a la definición que da la propia Free Software Foundation, organización creada en 1985 por Richard M. Stallman y otros con el fin de difundir este modelo de desarrollo informático.

Los usuarios deben tener la posibilidad de ejecutar, de distribuir, de cambiar y de mejorar el software, y para dejarlo aún más claro se enuncian en esta definición las llamadas “cuatro libertades del software libre”:



1) Libertad de ejecutar el programa, para cualquier propósito; de estudiar cómo trabaja el programa             2) Cambiarlo para que haga lo que el usuario quiera, y para ello es condición necesaria el acceso al código fuente; de redistribuir copias “para que pueda ayudar al prójimo” 3) la  libertad del usuario de distribuir a terceros las copias de sus versiones modificadas, de modo que la comunidad de usuarios pueda beneficiarse de dichos cambios 4) Se puede considerar como software libre sí y sólo sí los usuarios disfrutan de todas esas libertades, sin tener que pedir permiso para ello ni tener que pagar por ello: el usuario es libre de redistribuir copias con o sin modificaciones y ya sea gratis o cobrando una tarifa en concepto de distribución, y distribuyéndolas sin restricciones de a quién se distribuye o dónde se hace la distribución. Por otra parte, la redistribución de copias debe incluir tanto a las formas ejecutables del programa como al código fuente, sin que se considere como tal al “código fuente ofuscado” (aquel código que se ha hecho deliberadamente ininteligible4). Para que estas libertades sean reales deben ser irrevocables, salvo en caso de errores de programación: si el programador del software puede revocar la licencia o modificar sus términos con carácter retroactivo, entonces tampoco estaríamos hablando de software libre.

En el software propietario el usuario acepta una licencia de uso (generalmente denominada EULA, “End User License Agreement” o “Contrato de Licencia para el Usuario Final”) por la que adquiere el derecho a utilizar ese producto bajo determinadas condiciones y sin que generalmente se tenga acceso al código fuente ni que se permita la libertad de modificación o de redistribución del programa ez aclarado a qué llamamos “software libre”, ahora vamos a ver

Restricciones: el usuario final no puede modificar, traducir, descompilar, aplicar ingeniería inversa, retransmitir en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopiado, grabado o de cualquier otra forma), revender o redistribuir el producto, o cualquier porción del mismo, sin previo consentimiento escrito de […] (fragmento de la EULA de EndNote)5

Basta con observar las páginas web de los distintos proyectos de software libre para darse cuenta de que estamos ante un campo en continua evolución y transformación, lo que se afirma hoy probablemente ya estará obsoleto mañana.

Los distintos sistemas de gestión bibliotecaria de código abierto están destinados a diferentes tipos de bibliotecas, de modo que lo que puede resultar escaso para una determinada unidad de información puede ser excesivo para otra. Así, no tendría mucho sentido automatizar una biblioteca escolar equipándola con Evergreen, diseñado para el uso en grandes consorcios de bibliotecas, ni sería lógico utilizar Emilda o GNUteca en bibliotecas universitarias. Gran adelanto para Koha se produjo en 2001 cuando la Nelsonville Public Library (Condado de Athens, Ohio, Estados Unidos) decidió sustituir su sistema Spydus. Esta biblioteca tenía mucho interés en las tecnologías de código abierto al considerar ese modelo como otra forma más de dar servicio a la comunidad, y por aquella época Koha era el único SIGB que podía satisfacer las necesidades de esta biblioteca, la cual atendía, a través de una sede central y seis bibliotecas sucursales, a una población de 62000 habitantes y contaba con un fondo de 250000 volúmenes.

Por otra parte, la interfaz para el usuario cuenta con funcionalidades avanzadas muy interesantes:

• Estanterías virtuales, o selecciones de registros generadas a partir de una búsqueda y que funcionan a modo de bibliografías, bibliografías que el usuario puede definir como privadas o hacerlas públicas y compartirlas con otros usuarios;

• “Canasta de libros” o “carrito de la compra”, de modo que el usuario selecciona entre los resultados de sus consultas aquellos documentos que va a solicitar a la biblioteca, de acuerdo a las políticas de préstamo de la institución;

• Reservas, de modo que el usuario recibe un aviso cuando ese título ha sido devuelto y ha llegado el turno del lector que hizo esa reserva

Evergreen es, junto a Koha, el otro gran protagonista de los SIGB libres; sin embargo, se trata de un concepto diferente: si bien Koha estaba destinado, en principio, a bibliotecas de tamaño medio, Evergreen por su parte está diseñado para su uso en grandes consorcios de bibliotecas. Al igual que Koha, también se distribuye bajo la licencia GPL (General Public License). Flores Vargas (2011, p. 106) lo califica como uno de los SIGB de código abierto OPALS31
El nombre de este sistema es un acrónimo que significa “Open Source Automation Library System”. Detrás de este software está la empresa Media Flex, que desde los años ochenta se dedica al desarrollo de aplicaciones para bibliotecas, aunque anteriormente lo hacía desde el modelo comercial propiet

 https://buleria.unileon.es/xmlui/bitstream/handle/10612/1880/TFG_JoseAngelParradoPrieto.pdf?sequence=1

Roxana Favilla